Nuestras oraciones están con el velocista olímpico y su familia.

Noah Lyles, a menudo celebrado como el “hombre más rápido del mundo”, enfrentó desafíos inesperados en los Juegos Olímpicos de París 2024. Compitiendo en la final de 200 metros, Lyles logró obtener una medalla de bronce, pero su desempeño y su posterior estado de salud generaron inquietudes, particularmente debido a un reciente diagnóstico de COVID-19.

La carrera y sus consecuencias El 8 de agosto de 2024, Lyles compitió en la final masculina de 200 metros, donde terminó en tercer lugar. Sin embargo, después de cruzar la línea de meta, Lyles luchó visiblemente y finalmente necesitó una silla de ruedas para salir de la pista. Esta impactante vista dejó a muchos fanáticos y observadores preocupados por la salud del atleta. El joven de 27 años fue atendido de inmediato por el personal médico en el campo. Después de recibir atención, Lyles regresó para hablar con la prensa, brindando información sobre su condición y los desafíos que enfrentó en los días previos a la carrera.