Acampar puede ser una experiencia emocionante, pero a veces se convierte en un terror inesperado. En un viaje de campamento con mi hermana, al principio estábamos emocionados cuando armamos nuestra tienda de campaña en el bosque. Sin embargo, nuestra aventura se volvió oscura cuando nos encontramos con un hombre calvo con una camisa azul y su perro. Aunque su presencia parecía inofensiva al principio, una sensación inquietante se apoderó de nosotros.
Después de que se fue, le tomé una foto por instinto. Más tarde, cerca de un lago, lo vimos de nuevo, y su curiosidad intrusiva sobre nuestros planes nos puso nerviosos. Mentimos sobre encontrarnos con nuestro padre y nos fuimos apresuradamente por un camino oculto, sintiéndonos cada vez más observados mientras fingía jugar con su perro mientras nos seguía. Más tarde, mi madre nos dijo que el hombre había estado involucrado en un robo en una casa, lo que intensificó nuestro miedo.