La sal en la sandía se ha convertido en una sensación en todo el Sur, y se ha extendido como un reguero de pólvora en Internet.
¿Por qué? Porque hace maravillas. La sandía, especialmente cuando no está del todo madura o le falta sabor, puede tener un amargor sutil.
La sal corta ese amargor, realzando el dulzor y haciendo que cada bocado explote de sabor.
Pero no se trata solo de la sandía. La sal también tiene un efecto mágico en otros alimentos. Equilibra el amargor de verduras como las coles de Bruselas, el repollo y la col rizada, resaltando sus mejores sabores.
Incluso frutas como el pomelo y los arándanos, que tienden a ser amargas, se benefician de una pizca de sal, intensificando su dulzura natural.
Además, salar la sandía puede mejorar su textura.
La sal extrae los jugos de la fruta, lo que garantiza que cada bocado sea jugoso y dulce.
Algunas personas incluso salan sus rodajas de sandía, dándoles unos minutos para que hagan su magia antes de sumergirse en una experiencia aún más deliciosa.
Así que si aún no lo has probado, ¡toma un poco de sal y lleva tu juego de sandía al siguiente nivel!