La última línea será…

Una anciana le ofrece al conductor del autobús unos cacahuetes… y el conductor los mastica felizmente.

Cada 5 minutos le da un puñado más de cacahuetes…

Conductor: ¿Por qué no te los comes tú mismo?

Anciana: No puedo masticar. Mira, no tengo dientes.

Conductor: ¿Entonces por qué los compras?

Anciana: “Oh, me encantan los chocolates que los rodean”.