Un hombre británico, Neville Linton, compró brócoli en Aldi y, cuando abrió el envoltorio de las verduras en su casa, descubrió un invitado inesperado: una serpiente. Linton, que no es un gran aficionado a las serpientes, se sintió atemorizado por la situación, especialmente teniendo en cuenta que había personas vulnerables en su casa. Al darse cuenta de que la criatura era demasiado grande para ser una oruga, pidió ayuda a su hermana, que la identificó como una serpiente.
A pesar del inesperado viaje de la serpiente, Allain aseguró que las serpientes de agua viperinas no representan una amenaza para los humanos. Neville, que busca una compensación por la angustia causada, considera que la cantidad ofrecida es inadecuada, teniendo en cuenta el riesgo para su hijo discapacitado y su vulnerable suegra. Aldi está investigando el incidente y se disculpa con Linton por no cumplir con sus estándares habituales.
Desde una perspectiva positiva, Allain espera que el incidente fomente una mayor educación y comprensión de las serpientes, enfatizando que la presencia de la serpiente no fue intencional y que su nuevo hogar en el zoológico de Dudley puede contribuir a disipar los temores.