Conservar el ajo es muy fácil. No se arruga ni brota, este método realmente funciona.

Ingredientes:
Bulbos de ajo frescos
Frascos de vidrio con tapa hermética
Vinagre blanco o aceite de oliva (según su preferencia)

Instrucciones: 1. Elija ajo fresco: Comience con bulbos de ajo frescos y firmes. Evite los que estén blandos, arrugados o que hayan comenzado a brotar. 2. Limpie el ajo: Pele las capas externas de los bulbos de ajo para eliminar la suciedad. Separe los dientes, pero no los pele todavía. 3. Prepare el medio de conservación: Decida si desea conservar el ajo en vinagre o en aceite de oliva. Ambos métodos son efectivos, pero ofrecen diferentes perfiles de sabor. El vinagre le da un toque ácido, mientras que el aceite de oliva proporciona un sabor más rico. 4. Blanquee el ajo (opcional): Para mejorar la conservación, puede blanquear los dientes de ajo. Hierva agua en una olla, agregue los dientes de ajo y déjelos hervir durante unos 30 segundos. Transfiera rápidamente los dientes a un baño de agua helada para detener el proceso de cocción. Escurra y seque bien los dientes. 5. Envase el ajo: Coloque los dientes de ajo secos en un frasco de vidrio, llenándolo casi hasta el borde. Vierta el medio de conservación elegido (vinagre o aceite de oliva) hasta que los dientes estén completamente sumergidos. 6. Sella y almacena: Sella bien el frasco con una tapa hermética. Etiquete el frasco con la fecha de conservación. Almacene el frasco en un lugar fresco y oscuro, como una despensa o un refrigerador.