Cara Brookins tomó la valiente decisión de dejar su matrimonio abusivo y construir una nueva vida para sus hijos. Sin experiencia en construcción y con recursos limitados, decidió construir una casa por su cuenta, usando tutoriales en línea y pura determinación. En 2007, compró un terreno de un acre por $20,000 y consiguió un préstamo de $150,000 para comenzar la construcción. Cara, madre de cinco hijos y programadora de computadoras, involucró a sus hijos, de entre 2 y 17 años, en el proceso. Su hijo Drew ayudó con los planos, mientras que Jada, de 11 años, acarreó agua para mezclar el hormigón para los cimientos. Trabajaron juntos después de la escuela y, para tareas más complicadas, contrató a un bombero con experiencia en construcción.
En marzo de 2009, su casa de 320 metros cuadrados, llamada Inkwell Manor, estaba terminada. Aunque al principio Cara no consideró el proyecto como una fuente de orgullo, más tarde reconoció el inmenso crecimiento personal que le supuso. Su historia es un testimonio del poder de la determinación, de los pequeños pasos hacia grandes objetivos y de la fortaleza que se encuentra en el apoyo de los demás.